HOY ES LA FESTIVIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

El color azul ha sido el principal dominador del 8 de diciembre, festividad en la que se recuerda el dogma de la Inmaculada Concepción, por el que el Papa Pío IX reconocía que la Virgen María nació de sus padres, San Joaquín y Santa Ana, libre de pecado original en 1854. El Vaticano concedió en 1864 a los sacerdotes españoles el privilegio de vestir la casulla celeste por su defensa del dogma.

Dos siglos antes, España ya celebraba a la Inmaculada como patrona y protectora e incluso reyes como Carlos III tenían los colores azul y blanco entre las distinciones de su bandera.

Sin embargo, no sería hasta diez años después hasta que se reconocería el papel de la Iglesia Católica Española, en defensa del dogma. Por ello, en 1864 la Santa Sede concedía a los sacerdotes españoles el privilegio de vestir la casulla de azul celeste.

Las hermandades y cofradías

Las hermandades y cofradías han defendido siempre este Dogma. Existían hermandades que lo proclamaban antes que Roma. Hoy en día, se puede decir que todas lo proclaman de alguna forma, formando parte de sus cortejos los artísticos simpecados y sinelabes. 

España

En el XI Concilio de Toledo el rey visigodo Wamba ya era titulado «Defensor de la Purísima Concepción de María», abriendo una línea de fieles devotos entre los reyes hispanos. Monarcas como Fernando III elSanto, Jaime I el Conquistador, Jaime II de Aragón,2 el emperador Carlos I o su hijo Felipe II fueron fieles devotos de la Inmaculada y portaron su estandarte en sus campañas militares.

El rey Carlos III, muy afecto a esta advocación mariana, creó una orden en su nombre (la Orden de Carlos III) y la declaró patrona de sus estados.

Desde el siglo XIV existen en España referencias de cofradías creadas en honor a la Inmaculada. La más antigua, en Gerona, data de 1330. En el siglo XVI se revitalizará este fervor con un ingente número de cofradías constituidas bajo la advocación de la Pura y Limpia Concepción de María, hermandades consagradas a las labores caritativas y la asistencia social. Los franciscanos fueron muy fieles a la creencia en la Inmaculada, y contribuyeron a su arraigo y extensión por todo el mundo.

Era tan grande el amor por la Inmaculada, que Sevilla juró la defensa de la Concepción de María, Toda Pura, en 1615. La Inmaculada de Castilleja de la Cuesta, se convirtió en la representante de este juramento. A partir de allí, pasó a ser oficialmente, la Real Patrona de Castilleja, Portugal, Filipinas, las Indias (es decir América) y España entera.

La fiesta de la Inmaculada fue fiesta de guardar en todos los reinos de su Majestad Católica, es decir, en todo el Imperio español, desde 1644; se declaró fiesta de guardar en toda la Iglesia desde 1708 por orden del papa Clemente XI.

España celebra a la Inmaculada como patrona y protectora desde 1644,3 y el 8 de diciembre es fiesta de carácter nacional, en virtud de la Batalla de Empel del 8 de diciembre de 1585. Durante la celebración de dicha festividad, los sacerdotes españoles tienen el privilegio de vestir casulla azul. Este privilegio fue otorgado por la Santa Sede en 1864, como agradecimiento a la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción que hizo España.